lunes, 14 de julio de 2008

CONVERSACIONES ENTRE ALICIA Y EL GATO

Ya sé que sabes qué es una conversación. Si no es muy fácil adivinarlo siguiendo lo que pasa entre Alicia y el gato. Hablar es conversar. Pero fíjate cómo se escribe una conversación. Cada vez que uno de los personajes dice algo comienza un nuevo párrafo y con un guión por delante.

Tienes la opción de completar la conversación de Alicia y el gato o de inventarte una conversación diferente entre Alicia y caulquier otro animal.


--Minino de Cheshire --empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba--.
Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
--Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar --dijo el
Gato.
--No me importa mucho el sitio... --dijo Alicia.
--Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes --dijo el Gato.
--... siempre que llegue a alguna parte --añadió Alicia como explicación.
--¡Oh, siempre llegarás a alguna parte --aseguró el Gato--, si caminas lo suficiente!


LAS VENTAJAS DE SER HOMBRE-CERDO

Estaba pensando que alguna ventaja ha de tener ser cerdo y a la vez hombre. Claro que necesitaría que tú me ayudases porque así en frío no se me ocurre ...



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ASÍ ERA LA CRIATURA QUE ALICIA TENÍA EN BRAZOS

seguro que te ha sorprendido cómo la Marquesa le pasa el bebé a Alicia. Si lo ha hecho así es porque sabe que su criaturita es fuerte de verdad. ¿Cómo la describirías? ¿Cómo crees que es?



--¡Ea! ¡Ahora puedes mecerlo un poco tú, si quieres! --dijo la Duquesa al concluir la canción, mientras le arrojaba el bebé por el aire--. Yo tengo que ir a arreglarme para jugar al croquet con la Reina.



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EL BEBÉ CERDO QUE TROTÓ HACIA EL BOSQUE

--¡Ea! ¡Ahora puedes mecerlo un poco tú, si quieres! --dijo la Duquesa al concluir la canción, mientras le arrojaba el bebé por el aire--. Yo tengo que ir a arreglarme para jugar al croquet con la Reina.
Y la Duquesa salió apresuradamente de la habitación. La cocinera le tiró una sartén en el último instante, pero no la alcanzó.
Alicia cogió al niño en brazos con cierta dificultad, pues se trataba de una criaturita de forma extraña y que forcejeaba con brazos y piernas en todas direcciones, «como una estrella de mar», pensó Alicia. El pobre pequeño resoplaba como una maquina de vapor cuando ella lo cogió, y se encogía y se estiraba con tal furia que durante los primeros minutos Alicia se las vio y deseó para evitar que se le escabullera de los brazos.
En cuanto encontró el modo de tener el niño en brazos (modo que consistió en retorcerlo en una especie de nudo, la oreja izquierda y el pie derecho bien sujetos para impedir que se deshiciera), Alicia lo sacó al aire libre. «Si no me llevo a este niño conmigo», pensó, «seguro que lo matan en un día o dos.
¿Acaso no sería un crimen dejarlo en esta casa?» Dijo estas últimas palabras en alta voz, y el pequeño le respondió con un gruñido (para entonces había dejado ya de estornudar).
--No gruñas --le riñó Alicia--. Ésa no es forma de expresarse.
El bebé volvió a gruñir, y Alicia le miró la cara con ansiedad, para ver si le pasaba algo. No había duda de que tenía una nariz muy respingona, mucho más parecida a un hocico que a una verdadera nariz. Además los ojos se le estaban poniendo demasiado pequeños para ser ojos de bebé. A Alicia no le gustaba ni pizca el aspecto que estaba tomando aquello. «A lo mejor es porque ha estado llorando», pensó, y le miró de nuevo los ojos, para ver si había alguna lágrima. No, no había lágrimas.
--Si piensas convertirte en un cerdito, cariño --dijo Alicia muy seria--, yo no querré saber nada contigo. ¡Conque ándate con cuidado!
La pobre criaturita volvió a soltar un quejido (¿o un gruñido? era imposible asegurarlo), y los dos anduvieron en silencio durante un rato.
Alicia estaba empezando a preguntarse a sí misma: «Y ahora, ¿qué voy a hacer yo con este chiquillo al volver a mi casa?», cuando el bebé soltó otro gruñido, con tanta violencia que volvió a mirarlo alarmada. Esta vez no cabía la menor duda: no era ni más ni menos que un cerdito, y a Alicia le pareció que sería absurdo seguir llevándolo en brazos.
Así pues, lo dejó en el suelo, y sintió un gran alivio al ver que echaba a trotar y se adentraba en el bosque.
«Si hubiera crecido», se dijo a sí misma, «hubiera sido un niño terriblemente feo, pero como cerdito me parece precioso». Y empezó a pensar en otros niños que ella conocía y a los que les sentaría muy bien convertirse en cerditos.



Esta es una de las cosas mágicas que le van sucediendo a Alicia (y a todos los que nos fijamos intensamente en nuestro entorno con los ojos bien abiertos) ¿Un bebé feo que a la vez es un cerdito precioso y que puesto en el suelo trota así de bien? Cuestión de observar detenidamente. ¿A ti se te ocurren, también, cosas tan normalitas como éstas?



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sábado, 12 de julio de 2008

LAS RIMAS DE LA DUQUESA

¿Ya sabes lo que es una poesía?
-Sí, ¿Por qué me lo decía?

Por lo menos sabemos que las poesías tienen que sonar bien. Algo en ellas se ha de repetir y así conseguimos que nos suene a "musica celestial". Fíjate La Duquesa, para vengarse dice: "Que le corten la cabeza"

Si lanza una cuchara diría:
-que le corten la cara-

Y si le lanza un perol:
- que la tiendan al sol.



A ver qué se te ocurre. Pero que suene bien, con música, que tenga rima.



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DESDE LA COCINA SE PONE UNO A LANZAR COSAS Y NO PARA

Todo el mundo sabe que los cocineros y las cocineras tienen montones de armarios repletos de objetos, algunos casi inverosímiles. Cuando la cocinera empieza a lanzar cosas contra la Duquesa y su niño, uno se pone a pensar en esos objetos almacenados por todas partes y en el diluvio que se va a preparar. Porque además de lo que la cocinera lanza de forma expresa seguro que también le podría lanzar ...



Mientras estaba pensando qué tema elegir, la cocinera apartó la olla de sopa del fuego, y comenzó a lanzar todo lo que caía en sus manos contra la Duquesa y el bebé: primero los hierros del hogar, después una lluvia de cacharros, platos y fuentes. La Duquesa no dio señales de enterarse, ni siquiera cuando los proyectiles la alcanzaban, y el bebé berreaba ya con tanta fuerza que era imposible saber si los golpes le dolían o no.
--¡Oh, por favor, tenga usted cuidado con lo que hace! --gritó Alicia, mientras saltaba asustadísima para esquivar los proyectiles--. ¡Le va a arrancar su preciosa nariz! --añadió, al ver que un caldero extraordinariamente grande volaba muy cerca de la cara de la Duquesa.



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SI CADA UNO SE OCUPASE DE SUS ASUNTOS

Mientras estaba pensando qué tema elegir, la cocinera apartó la olla de sopa del fuego, y comenzó a lanzar todo lo que caía en sus manos contra la Duquesa y el bebé: primero los hierros del hogar, después una lluvia de cacharros, platos y fuentes. La Duquesa no dio señales de enterarse, ni siquiera cuando los proyectiles la alcanzaban, y el bebé berreaba ya con tanta fuerza que era imposible saber si los golpes le dolían o no.
--¡Oh, por favor, tenga usted cuidado con lo que hace! --gritó Alicia, mientras saltaba asustadísima para esquivar los proyectiles--. ¡Le va a arrancar su preciosa nariz! --añadió, al ver que un caldero extraordinariamente grande volaba muy cerca de la cara de la Duquesa.
--Si cada uno se ocupara de sus propios asuntos --dijo la Duquesa en un gruñido--, el mundo giraría mucho mejor y con menos pérdida de tiempo.



Una situación complicada, la que le toca vivir a Alicia con la Duquesa. Parece que a Alicia le queda mucho por aprender.Lo que nos interesa de este fragmento es lo que se podría hacer para que el mundo funcionase mucho mejor. Para la Duquesa lo que se puede hacer es ocuparse cada uno de sus propios asuntos. ¿Qué condición pondrías tú?

El mundo funcionaría mucho mejor si ...



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viernes, 11 de julio de 2008

LACAYOS CON CARA DE PEZ, LA DESCRIPCIÓN

Alicia se quedó mirando la casa uno o dos minutos, y preguntándose lo que iba a hacer, cuando de repente salió corriendo del bosque un lacayo con librea (a Alicia le pareció un lacayo porque iba con librea; de no ser así, y juzgando sólo por su cara, habría dicho que era un pez) y golpeó enérgicamente la puerta con los nudillos. Abrió la puerta otro lacayo de librea, con una cara redonda y grandes ojos de rana. Y los dos lacayos, observó Alicia, llevaban el pelo empolvado y rizado.



el lacayo-pez de alicia

Alicia nos proporciona una nueva forma de descripción. Se trata simplemente de relacionar lo que queremos describir con otro ser diferente. El lacayo con el pez, el otro lacayo con la rana, y así sucesivamente. Sin necesidad de ofender a nadie hemos de ser capaces de establecer relaciones entre unos seres y otros y establecer esas parejas de baile que luego describiremos de forma más completa-



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¿Y SI LE PROPONES, A ALICIA, NUEVAS SOLUCIONES ? VERBOS DE ACCIÓN

--¡Vaya, he realizado la mitad de mi plan! ¡Qué desconcertantes son estos cambios! ¡No puede estar una segura de lo que va a ser al minuto siguiente! Lo cierto es que he recobrado mi estatura normal. El próximo objetivo es entrar en aquel precioso jardín... Me pregunto cómo me las arreglaré para lograrlo.
Mientras decía estas palabras, llegó a un claro del bosque, donde se alzaba una casita de poco más de un metro de altura.
--Sea quien sea el que viva allí --pensó Alicia--, no puedo presentarme con este tamaño. ¡Se morirían del susto!



Ya sabemos cómo consige Alicia cambiar sus tamaños. Lo que no sabemos es si podrían existir otros métodos, o si se nos ocurren a nosotros otros métodos alternativos. Porque lo que está claro es que Alicia va a entrar en esa casa del jardín y también que esos trocitos de seta algún día se tendrán que acabar.



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ALICIA EN EL PAÍS DE LAS PREOCUPACIONES

Fíjate qué situación le toca ,ahora, vivir a Alicia. ¿Qué le preocupan a las palomas? Las serpientes. Así que todo lo que las amenaza es para ellas como serpientes.Da iguala los problemas por los que haya podido pasar hasta este momento nuestra amiga Alicia. Alicia es pa la paloma una serpiente. Es su preocupación. Lo que no la deja dormir ni estar tranquila.



Acababa de lograr que su cabeza descendiera por el aire en un gracioso zigzag y se disponía a introducirla entre las hojas, que descubrió no eran más que las copas de los árboles bajo los que antes había estado paseando, cuando un agudo silbido la hizo retroceder a toda prisa. Una gran paloma se precipitaba contra su cabeza y la golpeaba violentamente con las alas.
--¡Serpiente! --chilló la paloma.
--¡Yo no soy una serpiente! --protestó Alicia muy indignada--. ¡Y déjame en paz!
--¡Serpiente, más que serpiente! --siguió la Paloma, aunque en un tono menos convencido, y añadió en una especie de sollozo--: ¡Lo he intentado todo, y nada ha dado resultado!
--No tengo la menor idea de lo que usted está diciendo! --dijo Alicia.
--Lo he intentado en las raíces de los árboles, y lo he intentado en las riberas, y lo he intentado en los setos --siguió la Paloma, sin escuchar lo que Alicia le decía--. ¡Pero siempre estas serpientes! ¡No hay modo de librarse de ellas!
Alicia se sentía cada vez más confusa, pero pensó que de nada serviría todo lo que ella pudiera decir ahora y que era mejor esperar a que la Paloma terminara su discurso.
--¡Como si no fuera ya bastante engorro empollar los huevos! --dijo la Paloma--. ¡Encima hay que guardarlos día y noche contra las serpientes! ¡No he podido pegar ojo durante tres semanas!
--Siento mucho que sufra usted tantas molestias --dijo Alicia, que empezaba a comprender el significado de las palabras de la Paloma. --¡Y justo cuando elijo el árbol más alto del bosque --continuó la Paloma, levantando la voz en un chillido--, y justo cuando me creía por fin libre de ellas, tienen que empezar a bajar culebreando desde el cielo! ¡Qué asco de serpientes!
--Pero le digo que yo no soy una serpiente. Yo soy una... Yo soy una...
--Bueno, qué eres, pues? --dijo la Paloma--. ¡Veamos qué demonios inventas ahora!
--Soy... soy una niñita --dijo Alicia, llena de dudas, pues tenía muy presentes todos los cambios que había sufrido a lo largo del día.



Y si la preocupación de la paloma son las serpientes, la de los estudiantes son los aprobados y la de los padres sus hijos, y la de ...

A ver cómo te las apañas para escribir de las preocupaciones.

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